viernes, 14 de noviembre de 2008

El Infanticidio De Gilles De Rais

En 1404 nacía uno de los personajes más abominables de la historia universal. Se llamaba Gilles de Rais o de Retz. Muchos historiadores aseveran que fue él quién dio origen a la leyenda de Barba Azul, aunque otros lo dan al origen de un cuento indú. (Guilles de Rais)

(Torre Negra en el Castillo de Champtocé)
Nació en el castillo de Champtocé, en la Torre Negra, siendo el primogénito de uno de los grandes linajes de Francia, Guy II de Laval y Marie de Craon, Tuvo un hermano, René de Susset, tres años menor que él, con el cual estuvo muy unido en su infancia. Los padres encomendaron la educación de los pequeños a varios tutores eclesiásticos y nodrizas, despreocupándose de ellos. Estos tutores los abandonaron por la ya incipiente conducta desmesuradamente sádica y cruel de Gilles.
Cuando tan solo tenía 9 años, su padre fue atacado por un verraco moribundo mientras cazaba con otros nobles. Resultó que llegó a herir al animal pero este en su último estertor le dio una enorme embestida que consiguió incrustar los colmillos en su estómago. Fue llevado a su casa, donde nada se pudo hacer por él. El pequeño Gilles vio como agonizaba su padre desangrándose lentamente, mientras sus vísceras se esparcían por su lecho. Esta sangrienta visión la tuvo presente durante toda su vida y la repetiría con muchas de sus víctimas en el futuro, cuando les rajaba el estómago y se quedaba ensimismado con el espectáculo de sangre y entrañas. Poco después de este hecho su madre Marie también murió y Gilles y su hermano quedaron bajo a la tutela del abuelo materno, Jean de Craon. Este hombre inculcó a los dos hermanos el narcisismo, la soberbia, el poder, el orgullo, con los que Gilles fue desarrollando su personalidad.
No tenía ni 20 anos cuando raptó a Catalina de Thouars, que apenas había cumplido 15. Se casó con ella la misma noche del rapto, aunque no por amor, sino por ambición. Los Thouars poseían varios castillos, que juntos con los de Tais-Laval harían de la unión la más rica y potente de Francia. Pero la familia de Catalina no aprobó el casamiento y rechazó unir las propiedades. Gilles de Rais hizo raptar a la madre de Catalina y la encerró en un castillo a pan y agua hasta que le cedió los castillos de Pauzauges y Tiffauges. Hecho lo cual, y asegurado su poder, marcho a la guerra contra los ingleses, donde destacó por su enorme agresividad y psicopatía.

Al mismo tiempo, una doncella llamada Juana de Arco, reunía en torno a los suyos a los mejores guerreros de Francia. Gilles de Rais se unió a ella y sus proezas hicieron que llegase al grado de mariscal. Fue el único periodo de su vida en que se entregó en cuerpo y alma a una causa noble.
La derrota de Juana de Arco, por traición, su proceso, y su muerte en la hoguera acabaron con las buenas intenciones de Gilles de Rais, quien volvió a sus tierras y castillos. En el de Tiffauges le esperaban su esposa y su hija, a las que no hizo el menor caso, hija que por cierto tardó mucho en engendrarse debido a las tendencias homosexuales de Rai.
Gilles de Rais era un hombre inteligente, culto, ambicioso, ávido de riquezas y despilfarrador. Su negra barba de azulados reflejos hizo que se le llamaba Barba Azul.
A partir su regreso, se entrega a los más locos dispendios para satisfacer sus más caros caprichos. Sus fantasías resultaban de lo más costosas. Fundó una colegiata, cuyo personal, compuesto de cerca de treinta individuos, le acompañaba con toda su casa militar aún en los menores traslados. El capricho de disponer de este servicio le costaba considerables sumas, pues nada le parecía demasiado bueno para sus seguidores, a los que dotaba de las más ricas vestiduras y más caros caballos, así como de costosos baúles y maletas para transportar los enseres. Ningún otro rey conocido había llevado un lujo semejante.
También sentía una gran pasión por las artes, especialmente por la música, no descansando hasta conseguir llevar a su servicio a cualquier voz hermosa de la que haya oído mención.
Poseía muchos pares de órganos, tanto grandes como pequeños, cuyo sonido le producía tal deleite que los hizo construir portátiles para que le acompañaran en sus traslados, para lo que disponía de seis hombres robustos que los portaban sobre sus espaldas a todo lugar en el que el rey se instalara.
Debido a sus despilfarros y larguezas, la ruina se hace inevitable, y cuando sus cofres están vacíos y sus créditos agotados, los que le rodean, presintiendo el desastre, comienzan a alejarse de él.
Ante esta situación se vuelve hacia el esoterismo buscando en la alquimia el modo de fabricar el oro que le falta. Conoce entonces a Prelati, quien le asegura que llenará sus arcas gracias a la magia negra y con quién mantuvo una relación homosexual.
Sin embargo las invocaciones a satanás no dieron ningún resultado, por lo que pasaron a comenzaron a realizar sus convocaciones en el bosque, llevando a cabo sacrificios de animales, puesto que según le decía Prelati, los sacrificios de sangre eran condición indispensable. Aún así el resultado seguía siendo negativo.
Piensan entonces en comenzar sus invocaciones ofreciendo sacrificios humanos.
En una ocasión, dos servidores penetraron en la cámara de su señor y se encontraron con una escena dantesca: Le ven teniendo la las manos el corazón, los ojos y la sangre de un niño que acababa de matar. Luego envuelve todos estos despojos sangrientos en un lienzo blanco y los deposita sobre el mármol de la chimenea, dando a continuación la orden de que cierren la habitación con llave y que no dejen entrar a alma viviente bajo pretexto alguno.
Cuando llegaba la tarde, Gille ocultaba en una de las mangas de sus vestidos (bastante amplias en aquella época, los restos mutilados y los transportaba al retiro de Prelati.
Entre sacrificio y sacrificio humano, descubrió cuanto le satisfacía y cuanto placer le daba el recrearse martirizando a los niños antes de matarlos.
Empezó entonces lo más horrible que se pueda imaginar. Gilles de Rais necesitaba niños para sus placeres y los sacrificios. Al mismo tiempo se desarrolló en él una fuerte tendencia a la pederastia.
Una noche, Catalina, su esposa, estaba preocupada por la fiebre de su hija María. Quería avisar a su marido, pero éste se encontraba en un ala del castillo a la que le tenía prohibida la entrada bajo amenaza de muerte. Durante mucho tiempo vaciló la dama, pero la preocupación por su hija era tan grande que pasó al recinto prohibido. Lo que vieron sus ojos era espeluznante. De unos garfios de la pared colgaban varios niños vivos que gritaban de dolor. Su esposo tenía en brazos otro niño lleno de sangre. A su alrededor, varios servidores martirizaban a los otros.
Catalina salió de allí despavorida seguida de su marido, quién le perdonó la vida bajo el juramento de no contar nada a nadie.
("Barba Azul" - Grabado en acero perteniciente a los Cuentos de Perrault y dibujados por Paul Gustave Doré)

En su afán de procurarse víctimas para sus sacrificios, los servidores de Gilles de Rais recorrían los pueblos y las aldeas buscando niños y adolescentes con la promesa de hacerlos pajes en los castillos del señor de Rais. Pero sus padres jamás volvieron a verlos. Si preguntaban por ellos se les contestaba que estaban bien, pero la falta de noticias hizo que la gente se alarmara y se volviese precavida. Entonces se recurrió a los raptos.
El temor se apoderó de los habitantes de los pueblos. Continuamente estaban desapareciendo niños y niñas y se comenzó a murmurar. Los criados tuvieron que ampliar su campo de acción con lo que el pavor se extendía más y más. Llegó un momento en que el terror era tan grande, que las murmuraciones se convirtieron en gritos que llegaron hasta las más altas autoridades.
El 14 de Septiembre de 1440, se presentó a las puertas del castillo de Machecoul, donde estaba Gilles de Rais, un grupo armado al frente del Capitán Jean Labbé, que iba acompañado por el notario Robín Guillaument, en nombre del obispo de Nantes, Jean de Malestroit. Portaban órdenes del duque de Borgoña. Era El fin. Gilles de Rais se entregó y el 19 del mismo mes empezó el interrogatorio que continuó hasta el 13 de octubre.
(Chateau Champtocé, morada de Guilles de Rais)
Entre otras cosas se declaró haber cometido el pecado de herejía y haber pactado con el demonio, para el que sacrificaba niños. Los colgaba de los garfios que había en las paredes y cuando se desmayaban los descolgaba, los tomaba en brazos y les decía que no pensaba hacerles daño alguno. Después los sodomizaba y, en el momento del orgasmo los degollaba para que los estertores de la muerte hicieran más agudo su placer. Besaba luego las cabezas cortadas mientras le chorreaba la sangre por el rostro y manchaba sus vestidos.
De este modo llegó a sacrificar a más de 300 niños y niñas, amén de infinidad de mujeres encintas a las que abría el vientre para profanar los fetos.
Guilles reconoció sus crímenes y pidió perdón por ellos. Fue condenado a ser colgado y quemado vivo.
Catalina de Rais asistió al proceso y a la ejecución de su esposo sin derramar una lágrima. Se retiró a sus tierras y poco después contrajo nuevas nupcias con Jean de Vendôme. Pero jamás pudo olvidar el espectáculo que se ofreció a sus ojos cuando abrió la puerta prohibida.
Fragmentos de la declaración de Gilles de Rais en el juicio:
Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes –niños y niñas- y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos –aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto- y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados".
(Declaración de Gilles de Rais (Bibliotheque Nationale de Paris)
"Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros usé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente".
"Contemplaba a aquellos que poseían hermosa cabeza y proporcionados miembros para después abrir sus cuerpos y deleitarme a la vista de sus órganos internos y muy a menudo, cuando los muchachos estaban ya muriendo, me sentaba sobre sus estómagos, y me complacía ver su agonía...".
"Me gustaba ver correr la sangre, me proporcionaba un gran placer. Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el infierno antes de poder creer en el cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. En el campo de batalla el hombre nunca desobedece y la tierra toda empapada de sangre es como un inmenso altar en el cual todo lo que tiene vida se inmola interminablemente, hasta la misma muerte de la muerte en sí. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roído por los gusanos”.
“Yo soy una de esas personas para quienes todo lo relacionado con la muerte y el sufrimiento tiene una atracción dulce y misteriosa, una fuerza terrible que empuja hacia abajo… si lo pudiera describir o expresar, probablemente no habría pecado nunca. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo soy vuestra pesadilla”.
Fuentes: Carlos Fizas, (historias de la historia) Fragmentos de la declaración de Guilles de Rais: Wikipedia

1 Comment:

Rodrigo D. Granados . said...

Terrible la biografía de este sádico noble.
Creo que la imagen con la que encabeza el post, pertenece a Vlad Dracul, o Vlad Tepes, el empalador, noble de Transilvania que diera origen a la leyenda del conde Drácula.

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