jueves, 3 de marzo de 2011

Marga D'Andurain, La Mata-Hari Del Desierto

Audaz viajera y espía del servicio de inteligencia británico, las andanzas de la Mata-Hari del Desierto ocuparon durante décadas las portadas de los periódicos franceses.
Quiso ser la primera mujer occidental en pisar la ciudad prohibida de La Meca, pero fue descubierta y encerrada en un harén.

Jeanne Amélie Marguerite Clérisse, nacida el 29 de mayo de 1893 en Bayona, fue la hija menor de Maxime Clérisse, un respetable magistrado que llegó a ser juez del Tribunal de Bayona, y de Marie Diriart, miembro de una ilustre familia de notarios y médicos. De los cinco a los quince años recorrió un buen número de prestigiosas instituciones religiosas francesas. De todas fue expulsada; sólo las Ursulinas de Ondarribia (Guipúzcoa) consiguieron que completara el año escolar. Fue en este convento español donde sus compañeras la llamaron por primera vez Marga, nombre que adoptaría para el resto de su vida.
La misteriosa dama francesa, cuya vida escandalizó a la sociedad de su época tuvo un carácter díscolo desde niña, y su familia la hizo exorcizar en la catedral de Bayona. 

Rebelde y transgresora, la joven Jeanne Amélie Marguerite Clérisse se casó a los 17 años con un primo lejano, Pierre d’Andurain, y juntos partieron a Argentina en busca de fortuna. Tras vivir una temporada en una finca de la Pampa, donde nació su primer hijo, Pío, al estallar la I Guerra Mundial regresaron a Francia. Pierre marchó entonces al frente, donde fue herido en combate en la Batalla de Verdún. A finales de octubre de 1915, la familia al completo (por entonces ya había nacido su segundo hijo Jacques), se instaló en El Cairo, donde la condesa d’Andurain abrió un salón de belleza.

En realidad Marga, cuyo título nobiliario se inventó para poder moverse a sus anchas en las altas esferas, había sido reclutada por el Servicio de Inteligencia Británico para trabajar como agente en Oriente Medio.
Tras vivir dos años en El Cairo, Marga se trasladó con su familia a las ruinas de Palmira, en pleno desierto sirio, donde compró el único hotel que allí existía, y que bautizó con el nombre de Zenobia, en honor a la legendaria reina que en el siglo III gobernó esta esplendorosa urbe.
En 1933, decidió emprender su aventura más descabellada: ser la primera occidental en visitar la ciudad prohibida de La Meca.

Para conseguir su propósito, Marga, divorciada ya de su esposo, aunque seguían juntos al frente del hotel, se casó con un beduino y se convirtió al islam. Pero su viaje a La Meca sería una auténtica pesadilla: al desembarcar en Yidda (arabia Saudí), fue descubierta y recluida en un harén. Más tarde sería acusada del asesinato de su esposo beduino, muerto en extrañas circunstancias. Tras un duro cautiverio en los calabozos de la prisión de Yidda, saldría libre por falta de pruebas.

Esta aventura la haría famosa en toda Francia, donde en 1.934 publicaría sus memorias en el periódico “Le Courrier de Bayonne”.

A finales de 1936, el señor d’Andurain fue brutalmente asesinado cerca del hotel Zanobia, y tras esta trágico suceso, la condesa abandonaría definitivamente Siria.

Durante la II Guerra Mundial, Marga y su hijo menor vivieron juntos en el París ocupado. Mientras ella se ganaba la vida traficando con opio, su hijo colaboraba activamente en la Resistencia francesa.
Tras el misterioso asesinato de su sobrino Raymond Clérisse, quien antes de morir acusó a su tía de haberle envenenado, Marga marchó a vivir a la Costa Azul. El 24 de diciembre de 1946 fue detenida en su casa de Niza, acusada de la muerte de su sobrino. Un mes más tarde quedó en libertad sin cargos.

 (Marga d'Andurain con su hijo Jacques en Egipto)


El 5 de noviembre de 1948 moría asesinada en su velero, el Djeilan, en Tánger, cuando se disponía a comprar oro en el Congo. Tenía cincuenta y cinco años, aunque en las fotografías que se observan de ella aparece envejecida y abandonada a su suerte.
Tras su misteriosa muerte (fue arrojada por la borda de su velero cuando hacía contrabando. Nunca apareció su cuerpo ni se conocieron las causas del crimen), sus extraordinarias andanzas por Oriente y las tragedias que golpearon su vida ocuparon las portadas de los principales tabloides franceses. 


Admirada por uno y calumniada por otros, no dejó indiferente a nadie. Los calificativos que recibió, la Reina de Palmira, o la Mata-Hari del desierto, o la Condesa de los veinte crímenes, dan idea de la fascinación que despertó la que se definió a sí misma con una única palabra: “Aventurera”.

Fuente de Datos:
*”Marga D’Andurain” – Cristina Morató (La Aventura de la Historia)

4 Comments:

Mari-Pi-R said...

Creo que puedes corregir el año :
en e934.

Muy aventurera pero al final tuvo mala suerte, mucho misterio con todas las muertes de las que fue acusada.
Abrazos

U-topia said...

Que mujer tan interesante, y van... Cuantas mujeres han permanecido ignoradas por la historia por el mero hecho de ser mujeres, cuanta inteligencia y energías desperdiciadas... Pero algunas de ellas han sobresalido a pesar de las limitaciones que les imponían por su sexo y ésta es una de ellas.

Gracias por una entrada tan interesante.

Un abrazo.

biografias said...

Mari-Pi-R, corregida la errata. Gracias.

Verdaderamente yo también he pensado en esas extrañas muertes, creo que hay algo más que desconocemos.

Un abrazo

biografias said...

Laura Uve, desgraciadamente así es. Muchísimas mujeres que pudieran ser consideradas como heroínas por su hacer y vivencias, permanecen en el anonimato. Al menos algunas han conseguido saltar la barrera.

Besos

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