miércoles, 21 de enero de 2009

Iván El Terrible O Lo Terrible De Su Reinado

(Retrato de Iván El Terrible)

Bajo el nombre de Iván el Terrible, Rusia conoció un periodo de luces y sombras que en cierta medida podrían equipararse al carácter inestable del propio monarca. Aún así, las bases del futuro imperio ruso quedaron puestas bajo su reinado.
Fue un político absolutista, un estratega y un estadista, al mismo tiempo que un déspota cruel e inestable. Al morir en 1584, a los 53 años, Rusia volvió a hundirse en un periodo de caos extremo, aunque las líneas maestras de su gobierno perdurarían bajo sus indirectos sucesores, los Romanov, hasta la revolución de noviembre de 1917.
Quién llegaría a reinar como Iván IV fue hijo de Basilio III (1479-1533), y de su segunda esposa Elena Glinskaya, hija de un magnate lituano que se había pasado a la obediencia de Moscú. Iván nació en esta ciudad el 25 de Agosto de 1530. Tres años después, el 30 de octubre de 1933, nació su hermano menor, el deficiente Yuri, y al poco tiempo murió su padre, el 4 de diciembre del mismo año.
Tras la muerte de su padre, las influyentes familias boyardas (nobres) de los Glinsky, a la que pertenecía la propia madre del pequeño, los Shuisky y los Bel’sky y otros linajes fueron turnándose el poder de manera vertiginosa, arruinando el tesoro y parte de la obra política de todos los soberanos precedentes, sobre todo a partir de 1538, cuando murió su madre, la gran duquesa regente, probablemente envenenada.
Iván IV no olvidaría jamás esos años de caos marcados por la usurpación de tierras de la corona, siendo vejado y sufriendo y todo tipo de humillaciones, de modo que durante toda su vida mantendría una enorme desconfianza hacia los nobles de sangre.
Todo ello lo convirtió en un ser cruel e insensible. El rencor hacia los boyardos (nobles) no lo abandonó jamás, pero el terror instaurado por el zar sobre la sociedad, fue sobre todo un instrumento de su política que él supo muy bien envolver en tintes religiosos.
("Iván el Terrible con los monjes"- K. Levedek)
Aunque asumió el poder en 1543, cuando tan sólo contaba trece años, no inició su reinado hasta 1547.
Hacía poco que los grandes duques de Moscovia habían impuesto su soberanía sobre un vasto territorio en torno a Moscú. Bajo el mandato de Iván III, Moscovia no sólo dominaba todos los territorios de la cuenca superior de los ríos Dniéper, Oká y Desná, sino que desde 1480 había dejado de pagar tributo a los tártaros de la Horda de Oro establecidos en el sur, a orillas del mar Negro. Por otra parte, durante el reinado de este soberano y de su hijo Basilio III, se consumó la conquista de los estados que circundaban Moscú.
El territorio que heredó Iván IV a la muerte de su padre era, pues, considerablemente extenso. Sin embargo, los konatos del Volga representaban una amenaza en el flanco oeste del Estado Moscovita, y ésta fue una de las primeras conquistas del zar.

Tras recibir la corona, Iván contrajo matrimonio con una mujer de la poderosa familia de los Romanov, Anastasia Románovna y, hecho fundamental, asumió el título de “zar”, derivado de la voz “césar” u hasta entonces usado tan sólo esporádicamente por sus antecesores, título que conllevaba un brebaje doctrinal jurídico-religioso heredado de la tradición bizantina, y adaptado por la iglesia rusa para subrayar el carácter sagrado de quien lo ostentaba. Moscú se convertiría así en la “tercera Roma”. Esa idea empujó a Iván a seguir una política exterior agresiva, dirigida a una gran expansión territorial.

Para fortalecer tu poder, en 1548 Iván se rodeó de un nuevo consejo privado, el Izbramnaia Rada, del que entraron a formar parte únicamente personas de su absoluta confianza, como el metropolitano Macario y algunos nobles de probada fidelidad, y en el que la aristocracia boyarda no era dominante.
Emprendió la redacción de dos nuevos códigos de justicia, trazando las directrices de la iglesia rusa y reelaborando las antiguas crónicas moscovitas para dar una visión “oficial” de la historia favorable a sus designios autocráticos.
Sin embargo, ante la imposibilidad de reclutar tropas mercenarias, el zar se vio obligado a confiar en las levas nobiliarias en los pomesciki, razón por la cual debía mantener sus privilegios, lo que le obligaba a controlar a la población campesina, cuya fuerza de trabajo constituía la auténtica fuente de poder y riqueza. De ahí que la movilidad del campesinado fuese muy mermada y reducida, y se extendiese de manera espectacular el régimen de la servidumbre, régimen que comenzó su huída a la explotación a través de las fronteras del sur y del este del país, dado que estas zonas eran las más fluctuantes y poco definidas.
Ante la huída de los campesinos explotados, los nobles no podían cumplir con los servicios al zar, y la autocracia zarista no podía progresar sin la centralización del poder, que necesitaba para ello la subordinación de la aristocracia.
("Iván IV de Rusia Listando Su Tesoro a Jerome Horsey" - Pintura de 1875 - Rusia)
Las primeras muestras de su crueldad fue cuando con el fin de atajar la rebelión campesina, ordenó asesinatos indiscriminados a éstos así como torturas aberrantes, aseverándose su maldad cuando poco después, y ordenó apresar a un importante boyardo de quién descubrió que lo traicionaba. Fue arrojado a una jauría de perros caza, que lo descuartizaron y lo devoraron vivo.Este hecho activó su morbosidad y disfrutaba arrojando perros desde las murallas del Kremlin disfrutando al ver cómo perecían por el impacto, o mejor todavía, viendo como agonizaban en el suelo hasta morir.
Iván encontro la vía de solución a los conflictos de los campesinos conquistando al enemigo exterior: Kanatos musulmanes del Volga y el Caspio, que venían humillando a Rusia desde el siglo XIII. Conquistó Kazán en 1552 y Astrakán en 1554, dejando así abierto el camino hacia Siberia y Asia central.

("Iván El Terrible ante el lecho de muerte desu hijo)

La situación interior sin embargo no era tan estable: en 1553 moría el zarevich Dimitri, por entonces único hijo varón de Iván, al mismo tiempo el zar enfermaba gravemente.
Aprovechando esta situación, las tribus mongolas, las tierras recientemente sometidas y los nunca bien controlados boyardos, iniciaron una serie de revueltas. Iván recuperó la salud, pero aprendió que no podía confiar en nadie, ya que incluso algunos de sus más fieles partidarios lo había traicionado.
Así se transformó Iván IV en Iván El Terrible: su desconfianza se hizo enfermiza y empezaron a menudear los castigos arbitrarios, aderezados con una elevada dosis de crueldad y sadismo, que para el zar tenían un objetivo político, como era el de aterrorizar a posibles enemigos y oponentes.
En 1554 nació su hijo Iván y se fraguaron sus contactos con Inglaterra.
Fiódor, su tercer hijo con Anastasia, nació en 1557, que parecía asegurar la continuidad dinástica. Era entonces la hora de acercarse a Occidente por el Báltico. Aquí sin embargo iba a chocar con potencias mucho más poderosas (Lituania, Polonia, Suecia), que a la postre, llevarían a la derrota de Rusia y acabaría por arruinar la obra política de Iván.
Se inició una guerra que duraría 25 años. En esta guerra no hubo ningún tipo de piedad para los derrotados. Durante un cuarto de siglo las víctimas se contaron por decenas de miles.
Una alianza sueco-polaca obligó a Iván a extender el terror y crear, en 1965 la temida oprichniki, mezcla de policía y guardia pretoriana, formada por él mismo que vestían trajes negros y cabalgaban sobre corceles igualmente negros. Portaban como símbolos una escoba (para limpiar Rusia) y una cabeza de perro (símbolo de la vigilancia constante). Controlados por el propio Iván, sumieron a Rusia en el pánico. Produjeron decenas de miles de ejecuciones arbitrarias. Enormes territorios fueron controlados por ellos... un tercio de Rusia quedó bajo su control, es decir, bajo el poder y la propiedad de Iván. Los crímenes de la Oprichnina no tienen límite, y la crueldad de sus miembros es difícilmente comparable en la historia. Miles de personas fueron empaladas, ahogadas, estranguladas, azotadas hasta la muerte, quemadas vivas o incluso asadas (quemadas a fuego lento). Especialmente la nobleza fue casi aniquilada.
En Novgorod 1570, tuvo lugar el atroz asesinato masivo de más miles de personas. Esta masacre fue debido a que la ciudad, que durante años sufrió especialmente la crudeza de la guerra por su cercanía con el frente, comenzó a mostrar su descontento con Iván, declarándola él en venganza como “ciudad traidora”. La Oprichnina llegó a la ciudad y la arrasó hasta los cimientos. En la masacre de Novgorod murieron 60.000 personas cruelmente asesinadas.
(Iván El Terrible sostiene a su hijo tras haberle dado muerte)

Sin embargo, el mayor símbolo de la locura de Iván llegó en 1581, cuando mató a su propio hijo. Éste le recriminó los constantes maltratos a su mujer embarazada, El rey, ciego de ira, le golpeó en la cabeza con su bastón de hierro, y lo hizo con tal fuerza que le causó la muerte.

Dicen que la muerte de su heredero acrecentó al límite su locura. Desesperado, ansioso, enfermizo... pasaba las noches gritando, arañando y golpeando las paredes de su cuarto, tirándose de los pelos y de la barba. Enloqueció ahora sí por completo y se sumió en la más profunda tristeza hasta su muerte. Falleció tres años más tarde, en 1584. Fiódor, el tercero de sus hijos varones que le sobrevivió, era un débil mental que cayó bajo la influencia de su cuñado Borís Dodunov, quién en 1588 tomó el título de regente y se convirtió en el auténtico gobernante.
En 1598, muerto Fiódor en extrañas circunstancias, se extinguió la dinastía de los Ruríkidas.
Fuentes: Estudio de Baltasar Cuart Moner (profesor titular de Historia Moderna de Salamanca)

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