miércoles, 1 de abril de 2009

Torquemada, Inquisidor General


Tomás de Torquemada, fue el primer Inquisidor General de Castilla y Aragón. Los biógrafos lo describen como un hombre místico, despegado de las contingencias de este mundo, muy estricto tanto consigo como con los demás, incorruptible, cruel, despiadado, y gran artífice de la Inquisición.
Fue el causante de las más de 180.000 víctimas, entre ellas unas 10.000 condenadas a la hoguera.

Nació en Torquemada, (Palencia), en el año 1420, hijo de Pedro Fernández y de Mencía Ortega, ambos provenientes de una familia de los llamados “cristianos nuevos” o de reconocido linaje converso.
La lógica relaciona la obsesión de Torquemada contra los judíos con la idea de que sólo quien conoce desde dentro la realidad de la conversión disimulada puede resultar tan severo en su persecución.
Siendo aún muy joven y bajo las indicaciones de su tío, el cardenal Juan de Torquemada, comienza los estudios eclesiásticos en el convento dominico de San Pablo de Valladolid, y allí desarrolló su vida eclesiástica.

En aquellos años los reinos de la península ibérica pasaban momentos de grandes revueltas y agitación provocadas por tres grandes acontecimientos, distintos entre sí, desarrollados por los Reyes Católicos: la alianza entre los pueblos de Castilla y Aragón, la disputa con Portugal por el reino de Castilla y la histeria colectiva por gran parte de la comunidad cristina contra los judíos.

El Papa Sixto IV concede en 1479 a los Reyes católicos, a petición de éstos, una bula para que funden el convento de la Santa Cruz en Segovia, ciudad que se había convertido en una pieza clave en el reino de Castilla desde que la princesa Isabel se hizo coronar en ella.
El proyecto de dicha construcción fue encargado por Fray Tomás de Torquemada al arquitecto Juan Guas, y desde entonces adopta este convento como su residencia, consiguiendo llegar a ser nombrado prior del mismo. Este nombramiento le hizo convertirse en confesor del secretario y tesorero de la reina, don Hernán Núñez de Arnalt, y le abrió las puertas al poder, una tentación contra la que no sabía resistirse y que le permitiría llevar a cabo las aspiraciones de su fanatismo religioso.

Este mismo año, y ante la petición hecha al Papa por el rey Fernando, Tomás de Torquemada es dispensado de sus obligaciones monacales y pasa a dedicarse a practicar el sacramento de la confesión a los muchos nobles que requerían sus servicios a imitación del soberano. Esta proximidad a la corte facilitará su carrera hacia el cargo de inquisidor.

La inquisición se había creado e 1478, mediante una petición hecha por parte de los Reyes Católicos al Papa Sixto IV basada en un informe apoyado por el arzobispo de Sevilla y propio Tomás de Torquemada. En él se afirmaba que los judíos conversos practicaban, tanto en Andalucía como en el resto de España, ritos judíos en secreto, y se pedía la introducción en España de la maquinaria inquisitorial. El motivo no era solamente perseguir la herejía de los judíos falsamente convertidos, sino también favorecer el sometimiento del reino de Granada. Queda por tanto abierta la puerta para que una vez que el rey Fernando herede el reino de Aragón en 1479 pueda nombrar un inquisidor general, cargo que recae en el prior de la Santa Cruz quien desde 1483 lo ostentará para Castilla y Aragón.
Con este nuevo cargo, pasó a ser también el nuevo confesor de la reina por petición de la misma, ya que hasta sus oídos había llegado la información de ser un hombre recto y prudente, y con tintes de santidad. Consiguió que su opinión pesara decisivamente sobre la reina, y se tomó la libertad de amonestar a los Reyes Católicos en alguna que otra ocasión.

"Tomás de Torquemada, Gran Inquisidor de la Inquisición española, con el Rey Fernando y la Reina Isabel en 1478". (Ilustración de Stefano Bianchetti)
Fray Tomás de Torquemada inicia con energía la tarea de organizar la moderna Inquisición y actualizar la legislación, que entonces aún se regía por el Manual de Inquisidores de Nicolau Eimeric datado en 1376, sobresaliendo su celo, obsesión y crueldad por encima de todos los demás inquisidores.
Fue el primero que introdujo un estatuto de limpieza de sangre en la orden dominica, en el convento que él mismo había fundado en Avila en honor de Santo Tomás de Aquino, consistente en exigir al aspirante a ingresar en las instituciones que lo adoptaban, el requisito de descender de padres que pudieran asimismo probar descendencia de cristianos viejos, es decir, no provenir de cristianos conversos.
En los años siguientes divide el territorio en distritos, crea tribunales en sus cabeceras, nombra a sus ministros y oficiales y comienza a publicar una serie de Instrucciones que regulan el procedimiento y los mecanismos de actuación de la moderna Inquisición. Estas instrucciones consagran la “inquisitio”, es decir, la investigación por iniciativa del inquisidor o de sus oficiales, y organiza el procedimiento eliminando una serie de garantías jurídicas que convierten la confesión del reo, obtenida muchas veces bajo tortura, en la prueba reina del proceso.

Instauró el brutal método de la tortura para conseguir declaraciones y pruebas, persiguiendo un amplio abanico de delitos que incluían la herejía,la brujería, la bigamia y la usura.

(Interrogatorio de la Inquisición, según un óleo de Marius Granet - Museo de Bellas Artes de Dunkerke)
En Mayo de 1490, Torquemada, siguiendo la práctica habitual en Italia, ordena la quema masiva de todos los libros considerados “dudosos”, depositados en su monasterio de Salamanca. Igualmente los libros sagrados de los judíos fueron considerados como herejes y quemados públicamente.
Quedó así destruida una enorme cantidad de obras de gran valor cultural.

(Inquisición - Quema de Libros)

Torquemada dedicó todos sus esfuerzos a la implacable persecución de los judíos y fue el artífice de su expulsión de España. Su opinión fue decisiva a la hora de animar a los Reyes Católicos a editar el decreto de expulsión de los mismos. El 31 de Marzo de 1492, tras la conquista de Granada, firman el decreto de la expulsión de todos los judios que no hayan sido convertidos al cristianismo.

(Quemados en la hoguera bajo un Auto de Fe)
Según la historia, tras aquella orden los representantes de los judíos españoles, Abraham Señor e Isaacbravanel, ofrecen a los Reyes Católicos una elevada suma de dinero para que el decreto sea derogado.
Nada más enterarse Torquemada, irrumpe en presencia de los Reyes amenazándolos con renunciar a sus poderes si accecían a la petición. Tal actuación se justifica con la creencia de que el texto del mismo había sido redactado por el propio inquisidor general.

Entre los grandes escándalos de su mandato como inquisidor general, se le atribuye la creación de falsas pruebas en el proceso por el que fueron condenados a la hoguera algunos judíos supuestamente implicados en la crucifixión del llamado Santo Niño de la Guardia.

("Auto de Fe" - Oleo sobre tabla de Pedro Berruguete 1490 - Museo del Prado. Madrid)
Puso en práctica los Autos de Fe, en los que se procedía a la ejecución pública de los condenados por el Tribunal de la Santa Inquisición.

Pero la estrella que alumbraba al inquisidor Torquemada comenzó a perder su brillo. Llevado por un exagerado celo y un obsesivo rigor, continuó la vigilancia y la persecución de aquellos judíos que no se hubieran convertido sinceramente e incluso se atrevió a procesar, por simples sospechas, a la familia se los obispos de Segovia y de Calahorra.

Su osadía desbordó su propio poder, y sus actos ya no eran tan bien visto a los ojos de otras autoridades eclesiásticas, así, en 1494, cuando cayó enfermo, el Papa Borja Alejandro VI, nombró a tres nuevos inquisidores con la caritativa excusa diplomática de ayudar al enfermo y anciano inquisidor en sus tareas inquisitoriales.

Dos años después se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila que él mismo había fundado, y aún tuvo energías para convocar de nuevo a los inquisidores y redactar nuevas instrucciones de funcionamiento, aunque por esas fechas Fray Tomás de Torquemada casi no sale del convento de Avila.
Apartado del poder que había ostentado, ya viejo y achacoso, todavía se atreve a solicitar a Alejandro VI la confirmación de un estatuto de limpieza de sangre para el monasterio en el que está retirado, porque alienta el temor de que falsos conversos ingresen como monjes en el convento, y una vez dentro planeen su asesinato.

El 16 de Septiembre de 1498 le sorprende la muerte. En estos momentos aborrecido por todos. Le dan sepultura en la cripta de Santo Tomás, pero sus restos no lograrán el descanso eterno, pues su tumba es removida en 1472 para dejar sitio a los despojos del obispo de Salamanca Francisco Soto de Salazar.
Sus restos hoy están desaparecidos.

Bibliografía:
Historia national Geographic nº 10
La inquisición Española – Henry Kamen.
Torquemada, el alma de un siglo – Siegfried Obermeier

1 Comment:

La Dame Masquée said...

Ay pero que interesantisimo este suyo!
Y no lo habia visto.
Veo que no tienes muchas entradas aun, asi que me sera facil ponerme al dia.

Bisous

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