viernes, 29 de enero de 2010

Espoz Y Mina

(Espoz y Mina)

Francisco Espoz Ilundáin, conocido como Francisco Espoz y Mina, y también como “el Napoleón de los guerrilleros”, o “el pequeño rey de Navarra”, nació en Idea de Idocín, Navarra, el 17 de Junio de 1781.

Militar sin compasión, Orgulloso y puritano, férreo con los subordinados y cruel con el enemigo, fue uno de los más notables jefes guerrilleros de toda la guerra de la Independencia, que no escatimó en crueldad y violencia con los soldados galos.

Era el más pequeño de cuatro hermanos y, al morir su padre, cuando tenía 14 años, se puso al frente de la hacienda familiar, realizando las labores del campo.
Tres rasgos definen su personalidad: su integridad y puritanismo, que impidió se formara en torno a él cualquier tipo de camarilla: su férrea disciplina con sus subordinados y su crueldad con cuanto colaboraban con los franceses, que no dudó en eliminarlos, y a los que permanecían neutrales les impuso todo tipo de castigos.

Cuando los franceses llegan a Navarra, la ocupación de la ciudadela por parte del ejército napoleónico tuvo lugar a mediados de febrero de 1808, según Espoz y Mina, los franceses llegaron con tal aire de orgullo que les eran insoportables a la vista.
A mediados de mayo llegó la noticia de los sucesos de Madrid, y fue la expedición del general Lefèbre a Zaragoza de primeros de junio o que provocó los primeros movimientos de resistencia en Estella y Tudela.
Al no tomar ninguna determinación en Pamplona el virrey y la Diputación, el vacío de poder propició la aparición de las primeras guerrillas, entre las cuales destacó muy pronto la de Havier Mina El Mozo, denominada el Corzo terrestre de Navarra.

(Javier Mina "El Mozo")


Extraña saber que durante los meses de agosto a noviembre de 1808, Francisco Espoz estuvo al mando de un general francés en Pamplona, y no fue hasta el 3 de febrero de 1809, en Jaca, cuando se alistó en el Batallón de Doyle, cuando su sobrino Javier ya andaba entonces por el Alto Aragón. La explicación que da él mismo es muy vaga: Señala que por alguna circunstancia tuvo que abandonar su pueblo. Tras la capitulación de Jaca el 20 de marzo de 1809,se enroló en el “Corzo terrestre de Navarra” de su sobrino y participó en él en varias expediciones. Sorprendido en Labiano a finales de marzo de 1810, Javier Mina fue capturado y entonces asumió el mando del grupo Francisco Espoz y tomó el segundo apellido de su tío, Mina. Disuelta la partida de su sobrino, se rodeó de unos pocos hombres y consiguió incrementar su número tras el golpe de Lazunza el 10 de abril, con los seguidores de Sádada. La experiencia adquirida en el “Corzo Terrestre”, le convirtió sin duda en el más versado de los guerrilleros españoles.

El paso siguiente fue conseguir el poder y mando. La junta de Aragón lo nombró el 23 de abril de ese año comandante general de todas las partidas y guerrillas de Navarra. En los meses siguientes se enfrentó a los franceses en el mismo teatro de operaciones que lo hiciera antes Javier, y siguió su misma estrategia, las emboscadas contra los convoyes franceses. Las partidas del Roncal, a cargo de Gregorio Cruchaga y Félix Sarasa lo aceptaron como su jefe.
La primera acción de esta etapa fue en mayo de 1810, cuando sorprendió a una columna enemiga en Eslaba. La reactivación de la guerrilla coincidió con la llegada del conde de Reylle como gobernador de Navarra, con el objeto de limpiar el territorio de Brigantes. Durante tres meses las fuerzas de Expoz y Mina se vieron obligadas a una huida constante que produjo la dispersión de sus efectivos. Los franceses eran muy superiores en número y por eso no tuvo más remedio que refugiarse al otro lado del Ebro, en Aragón, y en tierras de Castilla.

La partida de Espoz y Mina consiguió reclutar a numerosos individuos. En junio de 1810 reunió a uno 1.200 soldados de infantería y 200 de caballería con los que formó el “corzo terrestre de Navarra y Guerrillas de Mina”, y en septiembre formó una pequeña unidad de caballería llamada los “Húsares de Navarra”.
Consiguió eliminar a sus rivales, primero a Echevarría, que lo sorprendió en Estella, y acusado de acoger a desertores del enemigo lo fusiló. Después se deshizo de Juan Hernández. Finalmente de Casimiro Javier de Miguerl, el cura de Ujué.

Al final del verano de 1810, Espoz y Mina recibió el reconocimiento oficial del Consejo de Regencia que le nombró Coronel graduado al mando de la “División de Navarra”.
Estableció un sistema financiero delimitado a través de la hacienda real, de los bienes incautados a los afrancesados, de las multas que imponía “a los malos españoles”, y de las aduanas en la frontera con Francia. En tal sentido impuso cien onzas de oro a la propia administración francesa de la aduana de Irún.
En octubre de 1810 regresó de nuevo a Navarra y su caballería fue derrotada el día 11 en Tarragona, donde él mismo fue herido y atacada su infantería perdiendo más de 300 hombres.
Comenzó entonces una nueva etapa en la vida de los guerrilleros. Reconstruyó los tres antiguos batallones y en diciembre, con los voluntarios llegados, levantó un cuarto batallón, mandado por Ramón de Ulzurrún. Al tiempo inició la transformación de la guerrilla en tropas de línea mediante la instrucción militar. Como símbolo de este cambio ordenó cortar el pelo a sus tropas.

Entre Diciembre de 1810 y Enero de 1811, se reanudaron los ataques a las comunicaciones francesas. Cuando en Marzo cesó el hostigamiento, reinició las operaciones y en abril reunió en Piedra Millera a sus fuerzas para proseguir la lucha.
La acción más importante de estos meses fue el ataque de Arlabán (Alava), el 25 de mayo, dirigido contra un gran convoy en el que supuestamente viajaba el mariscal Massena. Aunque no lo halló, se apoderó de un importante botín y pudo liberar a más de mil españoles, acción que le valió el reconocimiento de sus fuerzas como tropas de línea. Expoz informó a la Regencia de cuantos prisioneros franceses hizo en esa acción, entre ellos un niño de ocho años, hijo de un coronel francés de dragones que se hallaba en Madrid, al cual prohijó, lo que pruega que el sanguinario mina que cortaba las orejas a los traidores y espías no era tan duro de corazón.

Durante el verano de 1811, el general Reylle no consiguió acabar con Espoz y Mina como era su propósito. En agosto tuvo lugar el desastre del monte Bigorri, donde la División sufrió más de 400 muertos y 200 prisioneros, porque los fusiles no podían disparar, ya que la pólvora se había mojado con la lluvia.
En octubre comenzaron los fusilamientos de patriotas acusados de connivencia con las fuerzas españolas. Mina respondió en contundencia con el decreto de 14 de diciembre de 1811: “Guerra a muerte, sin cuartel, sin distinción de soldados ni jefes, incluso el emperador de los franceses” y decretó el bloqueo de Pamplona, que fue una de las jugadas más brillantes.

Tras el fracasado asalto de Massena a Lisboa, comenzó la ofensiva anglo-española en Ciudad Rodrigo, en enero de 1812. En el norte de España, Espoz y Mina consiguió rendir la plaza de Huesca el 7 de ese mes. Prosiguió sin descanso sus actividades militares y en febrero volvió a entrar en Tafalla, y Caffarelli y Abbé, empezaron una nueva persecución. El 9 de abril dio un segundo golpe a un convoy francés cuando se aproximaba al puerto de Arlabán. Esta acción provocó más de 200 muertos y 300 heridos franceses y consiguió incautarse con las cartas de José Bonaparte al Emperador.
Tras la victoria de Wellington en julio de 1812 en los Arapiles, en el repliegue francés, Mina luchó contra el general Abbé, que se vio obligado a proteger sus convoyes con miles de soldados. En los meses finales de este año la División Navarra creó sus primeras unidades de artillería, tras recibir de los ingleses varias piezas para batir. Comenzó un nuevo ciclo con estas actividades bélicas, consiguiendo que se rindieran Tafalla y Sos.
En 1813 cayeron las plazas de Tudela, Zaragoza San Sebastian y Pamplona. Los penúltimos enfrentamientos se produjeron en ST. Jean de Pied de Port y en Baigorri, y el último en Bayona.
La firma de un armisticio por Wellintogn y Soult puso fin a las hostilidades.

Tras la toma del país por los “cien mil hijos de San Luis”, se vio obligado a exiliarse en Inglaterra, de donde no regresó hasta 1833.
(Espoz y Mina camino del exilio)

Murió en Barcelona, el 14 de Diciembre de 1836.

El mayor esplendor de Espoz y Mina durante la Guerra de la Independencia lo alcanzó en 1812. Bajo su mando sus guerrillas capturaron a más de catorce mil prisioneros y participaron en más de 143 acciones de guerra.

Fuente de datos;
*El pequeño rey de Navarra – Antonio Molinero Prada
*Españoles Enigmáticos – Ignacio Molina.

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